Por ejemplo, cuando resuenas con una idea, estás en resonancia con ella, vibrando con ella, o cuando resuenas con una persona, en su presencia, o incluso al pensar en ella, iniciará esa resonancia positiva en ti. Con lo que tu resuenas determinará lo que atraes, puesto que a través de la resonancia automáticamente se crea un campo de atracción ya sea para algo que te guste o que no .
Si estamos en resonancia con el amor, al enamorarnos iniciamos esa vibración, lo cual es una frecuencia coherente muy elevada. Automáticamente esta resonancia te proporcionará alegría, energía y placer. Pero si no estamos en resonancia con el amor, no vamos a ser capaces de sintonizarnos con esta frecuencia y los efectos tan positivos que conlleva.
De igual manera nos ocurrirá con el enfado. Por ejemplo, ante el enfado de un jefe, se extenderá este mal humor a su alrededor en su empresa y con sus empleados, reduciendo el nivel energético del entorno y disminuyendo la productividad. Si yo estoy en resonancia con el enfado, fácilmente estaré afectado por este enfado ya que hará que se active en mi, pero si no estoy en resonancia con ello, ese enfado no tendrá efecto en mi.
Hay patrones de resonancia disonantes en cada uno de nosotros que disminuyen nuestra energía como son: una salud pobre, relaciones difíciles, depresión, estrés y decepción.....
Al igual que existen patrones de resonancia armónicos como una buena salud, actitudes positivas, relaciones amorosas, confianza en lo que hacemos....
Por ello el cambiar nuestra resonancia es fundamental para conseguir vibrar con lo que si queremos experimentar de positivo en nuestras vidas y dejar de resonar con lo que no es beneficioso para nosotros.